20 oct. 2007

Alba de Céspedes

Nació en Roma (1911) y falleció en París, donde residió gran parte de su vida, a los 86 años, el 14 de noviembre de 1997. Era la hija de Carlos Manuel de Céspedes y Quesada (ex Presidente de la República de Cuba) y de la italiana Laura Bertini y Alessandre. Por parte de padre, sus abuelos fueron Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo (el Padre de la Patria) y la segunda esposa de éste Ana María de Quesada y Loynaz.

Alba de Céspedes, prolífica novelista y periodista, escribió casi toda su obra en italiano. A los 23 años comienza su carrera periodística para el diario Il Giornale d'Italia en donde publica el cuento Il Segretto. Fue enviada como corresponsal del periódico Il Messagero a España y encarcelada luego en Roma en 1935 (liberada dos meses después). Su primer libro de relatos fue Concerto (1937), pero la novela que la lanza al éxito será Nessuno torna in dietro (Nadie vuelve atrás), de 1938, traducida en 30 idiomas (!) y prohibida por Mussolini (quien también prohíbe la película que hizo). Se incorpora a la resistencia antifascista y se interna en las montañas de Bari desde donde reporta a través de las ondas radiales la evolución de la guerra. Más tarde, bajo el seudónimo de Clorinda, dirige un programa radial desde su exilio en Londres.

Tras el fin de la guerra regresa a Roma. Allí continúa su carrera periodística y literaria (funda la revista Mercurio). Tras la muerte de su padre, en La Habana (1939) regresa a Cuba y vive allá junto a su madre 11 meses. Su próxima novela será Della parte de lei (traducida al francés como Elles y luego, en 1952, Quaderno prohibito. Tres años más tarde sale a la luz su libro de cuentos Invito a pranzo y en 1956 la noveleta Prima e dopo. Otras novelas posteriores son: Il rimorso, La bambolona, Nel buoi della notte (1973) y el poemario dedicado a Mayo de 1968 Chansons de filles de mai, tema sobre el publicará luego, en 1977, en francés, la noveleta Journées d'août.

Feminista a ultranza, Alba de Céspedes centró los temas de sus novelas en la condición femenina. Por otra parte, creo que no entendió nunca lo que a partir de 1959 sucedió en Cuba y realizó varias visitas oficiales en 1967, 1968, 1969, 1970 y 1977. Su despiste era tal que en su última entrevista expresó: Si fuera necesario dar mi vida por la revolución, la daría. Me pregunto por qué no daba también de paso su palecete en la Isla San Luis (posiblemente el sitio más caro de París). Su hijo, el conde Antonio Antamoro, hijo de su primer matrimonio con un noble y diplomático italiano, dejó también descendencia. Hace unos años, leí en el Granma que el nieto de Alba de Céspedes andaba por Bayamo en no recuerdo qué asunto de banderas o campanas libertarias y, al parecer, se admiraba de la cohesión social y organización del pueblo cubano. Al parecer la miopía es un mal de familia.

Aquí les dejo la portada de Avant et après (Prima e dopo), novela de Alba de Céspedes publicada en las Editions du Seuil, en 1958, traducida al francés por Juliette Bertrand.