10 janv. 2008

La Canopea del Louvre


La Canopea del Louvre
Autores: Regina Ávila y William Navarrete

Ed. Aduana Vieja, Valencia, 2008

Esta es la portada de La Canopea del Louvre, el libro con que inauguro el 2008. Un mano a mano entre la escritora y amiga Regina Ávila y yo, sobre las 6 obras maestras de nuestra preferencia atesoradas por el Museo del Louvre. Durante el invierno 2006-2007 estuvimos unas 60 veces en el Louvre, escrutando cada obra, cada rincón, perdiéndonos en el laberinto de galerías, para decidir cuáles serían las 6 obras que cada uno de nosotros escogería. Como indicamos en la Introducción del libro, nuestra elección correspondería un poco a la disyuntiva fantasiosa de qué obras salvaríamos de un barco a punto de naufragar si se nos diera la posibilidad y responsabilidad de escoger entre las miles que se exhiben en el Museo. Por ello la evocación de la Canopea, por ser ésta el hábitat superior en un bosque tropical, o sea, el dosel o capa forestal que sólo se puede ver en su plenitud desde lo alto de una montaña (o un avión) y en el que pulula una fauna ajena a lo que pasa debajo de las altas ramas de los árboles. Para nosotros, en alguna medida, en la cima abstracta del Museo (como en la Canopea de ese tupido y enmarañado bosque que es, a su vez, la cultura europea) las obras escogidas fueron:
– las de Regina Ávila:
1- Retrato del Condotiero, de Antonello de Messina
2- Figura de guerrero oriental con arco, de Pier Francesco Mola
3- Escena de Carnaval o El minué, de Gian Domenico Tiepolo
4- la Buenaventura, de Caravaggio
5- La encajera, de Vermeer
6- Las bodas de Caná, del Veronés
- las escogidas por mí :
1- Las Sabinas detienen el combate entre romanos y sabinos, de J-L. David
2- La muerte de Sardanápalo, de Delacroix
3- Retrato de un escultor con estatuilla, de Bronzino
4- La balsa de La Medusa, de Géricault
5- El tramposo del as de oro, de La Tour
6- El prestamista y su mujer, de Quentin Metsys

Son éstas nuestras 12 obras. Escogidas con absoluta libertad y no poca dificultad, dado las muchas y muy extraordinarias que se hallan en el Louvre. A cada obra le contamos una historia. En ocasiones sus personajes hablan, en otras somos nosotros quienes estamos dentro del cuadro. El invierno 2006-2007 fue para nosotros "la Estación del Louvre". Empezamos a conocer (de tanto que íbamos al Museo) los rostros de los guardianes y otros empleados. Para ver el más mínimo detalle de obras de grandes proporciones (como Las bodas de Caná) utilizamos potentes anteojos. Compartimos nuestros puntos de vista acerca de los cuadros escogidos por el otro. Nos leímos los textos en la medida en que iba avanzando la escritura. Los leímos ante amigos en reuniones. Llevamos a amigos al Museo para hacerles el recorrido de nuestra selección. Todo esto fue mágico. Mezcla de arte, literatura, ensueño, invención. La portada es obra de la pintora puertorriqueña Aixa Requena. Y la paciencia de nuestro editor Fabio Murrieta quien inaugura con este libro la Colección de Libros de Arte en su Editorial Aduana Vieja.