2 août 2008

Lulú la perdida, por Olga Connor / El Nuevo Herald

Interrumpo el recorrido italiano para poner la reseña de Olga Connor en El Nuevo Herald del poemario de Pedro Juan Gutiérrez titulado Lulú la perdida, publicado e ilustrado por Ramón Alejandro como primer libro de la Editorial La Araña Pelúa / La Mygale à Pigalle, que ha creado.

Artes y Letras / El Nuevo Herald
Publicado el domingo 27 de julio del 2008
Link directo : Lulú la perdida en París, Miami y La Habana

Lulú la perdida en París, Miami y La Habana
Olga Connor

Un libro de Pedro Juan Gutiérrez, residente de La Habana y autor de la ya legendaria Trilogía sucia de La Habana, y de El rey de La Habana (ambas en Anagrama), acaba de tener publicado su poemario Lulú la perdida y otros poemas de John Snake. Fue un producto de muchas ciudades: impreso y maquetado en Miami por Germán Guerra, para la colección La Araña Pelúa, de la editorial de París La Mygale à Pigalle, dirigida e ilustrada por el artista y escritor Ramón Alejandro, y con los editores correctores Ena Columbié y William Navarrete, de California y París respectivamente.

El libro fue presentado casi simultáneamente en Miami y La Habana. Aquí fue un ágape íntimo y espontáneo en mi casa, con la presencia de algunos escritores y artistas. En La Habana, se realizó previamente anunciado, el miércoles 9 de julio, en la Villa Manuela, la galería de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba). Aquí se discutió informalmente, allá fue comentado por Norberto Codina, director de La Gaceta de Cuba, e iniciador de esta actividad, y el propio Ramón Alejandro, que viaja entre París y La Habana con su pasaporte francés.

En Villa Manuela se presentaron unas 60 personalidades, según me escribe Alejandro. Entre ellos, Miguel Barnet presidente actual de la UNEAC, Rafael Hernández, editor de la revista Temas, Pedro de Oraá, director artístico de la revista Unión, Reynaldo González, Premio Nacional de Literatura, director de La Siempreviva, Pablo Barrios Almazor, Cónsul General de España, el escritor Víctor Fowler, David Mateo, el pintor Reinerio Tamayo, y Mario Miguel González del proyecto de los refrigeradores de la Novena Bienal, en que participó Alejandro, y de uno próximo sobre las banderas para la Décima Bienal. Rafael Acosta de Arriba, antiguo presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas también estuvo presente. ''Esto sienta un precedente dentro de las actividades de la Galería'', acota Ramón Alejandro.

''Pedro Juan leyó dos violentísimos poemas de los que forman parte del libro'', cuenta Alejandro. E invitó a algunos de sus íntimos a la mítica "azotea centrohabanera" de San Lázaro y Malecón. Pedro Juan, "quien tiene una larga carrera como autor de Poemas visuales, además de sus famosas novelas, va a participar también en los proyectos de Mario Miguel González, alias Mayito, con una Bandera de Centro Habana, tan esperada como la contribución de Pichi Perugorría y de Humberto Solás, director del Festival de Cine Pobre de Gibara y reconocido cineasta por sus numerosos largo metrajes junto con otros 300 artistas''. Gutiérrez llegaba de México, donde acababa de recibir en la Isla de Guadalupe el Premio de Narrativa de la América Insular y la Guyana 2008, por su novela El nido de la serpiente.

Lulú la perdida y otros poemas de John Snake es un poemario que se ha impreso como título de colección. Los lectores ávidos pueden encontrar algunos de los principales poemas en la página del escritor, marcando poesía y luego el título del libro en www.pedrojuangutierrez.com. Consagrado como novelista, cuyos temas incluyen fuerte sexo, aspectos escatológicos, y duras realidades de la vida en la ciudad, esto nos hace olvidar su condición de poeta. Pero la suya no es una poesía blandengue, sino tan fuerte y violenta, con ese mismo concepto de duro realismo que asume al relatar sus historias. Y aunque Gutiérrez no se amedrenta de nombrar el sexo ni los estercoleros, su poesía es una épica de la ciudad, como si escribiera romances o coplas de historias anónimas, pero muy vividas y sentidas, con un ritmo interno que marca el tempo de sus visiones. (Vea más sobre este libro en la revista digital Decir del agua, www.decirdelagua.com ).