19 oct. 2008

Hoy en El Nuevo Herald / José Triana



Hoy tengo el gusto de escribir en El Nuevo Herald sobre el escritor José Triana, con respecto a la publicación de su poemario Orfeo en la ciudad, en la Colección Atril, dirigida por Regina Ávila para la Editorial Aduana Vieja. Aquí les dejo el link y lo escrito:

Enlace directo: José Triana: un orfeo citadino

Publicado el domingo 19 de octubre del 2008
José Triana: un Orfeo citadino
By WILLIAM NAVARRETE

En 1965, el dramaturgo cubano José Triana (Hatuey, Camagüey, 1931) estrenaba en La Habana su pieza teatral La noche de los asesinos. La obra, aplaudida hasta la saciedad, traducida a más de veinte lenguas, exhibida en escenarios múltiples del mundo, se convirtió en icono de su carrera literaria y en una de las piezas indispensables del teatro cubano contemporáneo.

Tal vez, debido a ello, a José Triana se le conoce fundamentalmente por esta obra, como suele suceder y ha sucedido con otros escritores que han quedado asociados a una de sus obras más que al conjunto de su creación. Sin embargo, anteriores a esta pieza, otras como Medea en el espejo (1960) y La muerte del Ñeque (1963), obtuvieron similar acogida por parte de la crítica y del público.

Novelista, guionista y poeta, José Triana ha incursionado también en estos ámbitos de la escritura. Pocos recuerdan que fue él el autor del guión de la película de Tomás Gutiérrez Alea Una pelea cubana contra los demonios (1971). Su obra poética, extensa y valiosa, incluye los poemarios De la madera de los sueños (Madrid, 1958), Cuaderno de familia (Málaga, 1990), Oscuro enigma (Estados Unidos, 1993), Vueltas al espejo (Saint-Nazaire, Francia, 1996), entre otros. Recientemente, su largo poema Coloquio de sombras, inauguró el libro Aldabonazo en Trocadero 162, un homenaje de 33 autores cubanos a José Lezama Lima, que junto a Regina Avila tuve el placer de publicar.

En este sentido, nos sorprende nuevamente el autor con un largo poema, Orfeo en la ciudad, publicado en forma de ''plaquette'' o libro de colección por la editorial valenciana Aduana Vieja. Un largo poema con que la editorial estrena la nueva colección de poesía Atril, dirigida por la escritora Regina Avila Al-Sowayel. En ella, los poemas serán presentados en forma de pentagramas musicales, las hojas siempre sueltas para que puedan ser dispuestas sobre el mueble que da nombre a la colección. La libertad de concepción recordando las improvisaciones del jazz y sus deliciosas descargas.

Orfeo en la ciudad, es la vida cotidiana del hombre sometido al ruido de la urbe cuando, de tanto que la música impregna sus actos, le resulta imposible deshacerse de ella. La ciudad inspira y tal parece que el Orfeo mitológico, el hijo de Apolo y Calíope, el enamorado de Eurídice, se funde con el poeta cubano para acompañarlo en sus incursiones diarias en medio de la jungla de autos, sonidos estridentes, hormigueo incesante, tumulto agobiante. Debe el autor fundirse con Orfeo el griego, para convertir en versos los episodios en apariencia insignificantes de cada día y para ponerlos a rimar a tono con una música que, de tan profunda, nos parece muy antigua.

''Como un mendigo a solas parodiando / alegre y taciturno, casi un ciervo, / un alguien que se cae y se levanta, / un caminar en vilo sobre rieles / o una cuerda floja de infinito / Negando y afirmando, / blancos cúmulos […]''. Así comienza este canto a Orfeo, este canto de Orfeo, reconociendo su propia fragilidad y su precario equilibrio en ese medio, en ocasiones hostil, que puede ser la aglomeración urbana. Medio que es su condena a la vez que el imprescindible espacio de inspiración. Sin él, difícilmente nacería el poema y difícilmente podría el autor encontrar la savia que le nutre, porque los seres mitológicos –los seres órficos– necesitan visitar nuestra época para seguir viviendo, como en este poema, más allá de la cuna mil veces arropada de su nacimiento.

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