28 juil. 2010

Dans le Vieux Nice...

Una ciudad que conozco como la palma de mi mano. En el Viejo Niza sobreviven a los cambios de modas y gustos no pocos comercios con ese caché que da ahora tener un espacio en el que no se ha cambiado, en décadas, ni un clavo:

Todo en honor de las trufas.

El Café de Turin lleva más de un siglo al servicio de los mariscos de todo tipo.

La gente del Viejo Niza sabe por qué compra en esta vieja Boulangerie sin nombre

Rontani vende hace más de un siglo mapas y libros de viajes que nunca han entrado en el estridente reino comercial de las librerías-supermercados.

En Rontani la madera de los muebles huele a esas tiendas de otros tiempos.

Alziari, la vieja casa de aceite de oliva de Niza.

En Alziari el aceite de oliva viene de la trastierra de Niza y se guarda todavía en grandes bidones.

La Casa Barale es tan vieja que hasta las letras del letrero se caen. Pero las pastas hechas en las trastienda, las pannissas, los gnocchis, ravioles, salsas, etc. no necesitan para venderse de la decoración "tape l'oeil" de esos comercios de ahora...

Bestragno es una tienda que data de fines del XIX y siempre ha estado en esa misma esquina del Vieux Nice. La tienda se especializa en sombrillas y paraguas de todo tipo.

En La Poulette todo el mundo, hasta el perro, espera paciente su turno.

Les Caves Caprioglo, unas bodegas con sabor a antaño.

En el interior de las Bodegas Caprioglo todavía el vino de mesa se reposa en alambiques gigantes.

Todo de mimbre y junquillo, hecho a mano por la propietaria, en Le Palais d'Osier. Cuando uno entra se la encuentra sentada ensartando juncos.

En la Graineterie Fiol et Fils, de la rue Alexandre Mari no hay semilla ni planta que falte.