19 mars 2011

Extremadura dispersa

La maravillosa iglesia visigótica de Santa María de la Trampa, del siglo VII, entre naranjales y olivares, a 4 kms. del pueblecillo de Alcuéscar.

En los parajes agrestes de la Sierra del Arco, el convento del Palancar. Aquí se retiró San Pedro de Alcántara en 1557 para reformar su orden. Tanto Santa Teresa de Jesus como San Francisco de Borja lo visitaron. Es uno de los conventos más pequeños del mundo.

El puente medieval de Coria.

Mas bucolico ni pintado: una dehesa extremeña al pie de las serranías de Montánchez.

Fuente del Maestre, impecablemente señorial y blanca, en medio de las Tierras de Barros.

En el Palacio de los Marqueses de Monsalud nació José de Espronceda, el 25 de marzo de 1808.

Villalba de los Barros, su castillo medieval, sus ovejas.

Zalamea de la Serena es famosa porque Calderón de la Barca escribió "El Alcalde de Zalamea" (arquetipo literario del honor, cuya casa puede verse en el pueblo), pero también es conocida por este Dístilo de Trajano, erigido en el 103 dC.

Bequerencia de la Serena es un pueblo que dormita al pie de su viejo castillo medieval, pero al borde de la carretera tiene un restaurante popular que se llama La Panadería, donde me comí el mejor pollo deshuesado al ajillo de mi vida. Y eso que yo no soy muy fan del pollo.

El maravilloso claustro cisterciense de la Catedral de Plasencia.

Una casa del XVIII en Cabezuela del Valle (Valle del Jerte).

El entierro de la sardina en Cuacos de Yuste.