10 mars 2012

La gema de Cubagua / por Luis de la Paz

Diario Las Américas, 8 de marzo de 2012

Una reseña de Luis de la Paz, en el Diario Las Américas sobre mi novela La gema de Cubagua:

La gema de Cubagua
por Luis de la Paz
© Diario Las Américas, Miami, 8 de marzo de 2012

Con mucha imaginación y oficio, el escritor William Navarrete (Banes, 1968) desarrolla en La gema de Cubagua (Legua Editorial, 2011), su primera novela, una historia hilarante en la que los habitantes de un pueblo en Holguín viven momentos de euforia. Ana Isidora, una mujer a punto de cumplir cincuenta años, empeñada en demostrarle a los funcionarios de la Oficoda (oficina cubana encargada de controlar la cuota alimenticia), de que ella “se apellidaba González de Rivera y Tamayo, y no Rivera y Tamayo a secas, como aparecía escrito en la cartilla de racionamiento”, consulta viejos periódicos descubriendo una nota que le daría un vuelco a su vida y al poblado: “Se interesa en conocer el actual paradero de los descendientes del alférez de fragata Juan Bautista González de Rivera y Obeda, fallecido en el hato de Managuaco, término de Holguín, en el año de mil seiscientos noventa y cinco. Los herederos del ilustre discípulo de Magallanes se beneficiarán con una herencia cuyo monto se eleva a ciento setenta y cinco millones de libras esterlinas, depositados en una caja de caudales en el Lloyd’s Bank of London, en Inglaterra”.

Este el punto de arranque de esta deliciosa novela, adornada con situaciones alucinantes, y que tiene como trasfondo la Cuba bajo el castrismo, lo que le permite a Navarrete recoger el marco social y político de la época en que transcurre la narración.

El libro es rico en detalles. Navarrete delinea a los protagonistas con soltura y se regodea en su entorno, prodigando abundantes referencias y descripciones que le imprimen mayor disfrute a la lectura. El autor logra que el lector se sienta parte de un multitudinario encuentro en un estadio por donde desfilan personajes delirantes y esperpénticos, como una machetera millonaria, un delegado del partido, y hasta el Ballet Nacional de Cuba en pleno, con su Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso. Incluso, por las páginas del libro se desliza el poeta holguinero Delfin Prats.

William Navarrete conduce al lector con mucho humor por un pueblo en conmoción, que sueña con la abundancia y la opulencia. Muchos se acercan a Ana Isidora, buscando ser parte de su herencia. Le envían mensajes con súplicas y pedidos; otros aseguran ser también descendientes de los González de Rivera (incluso le escriben cartas desde Nueva York) y reclaman su parte de la herencia. Como es de esperar, las expectativas de la gente están por encima de la realidad, de manera que es imaginable el final de esta historia. Aún así, La gema de Cubagua está basada en hechos reales. Al menos el rumor de un millonario legado se ventiló en la prensa y hasta se hizo una película sobre el tema. Navarrete toma la anécdota y con la habilidad del escritor y mucha imaginación, va más allá de los detalles de los millones en disputa, para adentrarse sutilmente en una miseria ambiente, dictada por la falta de esperanzas de un pueblo envilecido en su cotidianeidad.

Enlace:
La gema de Cubagua / Diario Las Américas

La gema de Cubagua.