12 mai 2012

El parque natural del Monasterio de Piedra

© Fotos William Navarrete


Si el Monasterio de Piedra es una joya del cisterciense (entrada anterior), el parque del monasterio es un portento de la naturaleza. Son necesarias tres horas mínimo para recorrerlo todo, pero el resultado es muy gratificante. Cascadas de hasta 50 metros de altura (como la de la Cola de Caballo), lagos hermosísimos (como el del Espejo), chorros, riachuelos, miradores, bosques de ribera, desfiladeros..., han sido creados por el río Piedra a lo largo de siglos en este insólito e inesperado lugar. La gente se queja del precio (13, 50 euros con el monasterio incluido) sin que tomen en cuenta lo que debe costar el mantenimiento de un lugar como ese. Sin ir más lejos, durante mi visita pude observar como grupos de adolescentes daban de comer "comida basura" (chips y toda esa porquería) a las carpas del Lago del Espejo y como dejaban, tras su paso, tiradas donde quiera, las bolsas vacías de sus envenenadas papitas fritas. Aunque está prohibido entrar comida al sitio, el personal no revisa las bolsas y mochilas en la entrada y la gente hace lo que le da la gana. Y es una pena porque el sitio merece especial cuidado de parte de todos. En Francia en un sitio como ese los controles destinados a protegerlo serían draconianos.